La hormiga pensante (1)

5 am.

Se oyen unos pajaritos artificiales cantando una canción que va aumentando de volumen.

Abres los ojos. Tu día empieza.

Coges el móvil para desactivar la alarma. Un mensaje en la pantalla: «20 actualizaciones pendientes». Cierras el mensaje, desayuno exprés, y te vistes para ir a trabajar.

Una hora de camino. Madrugón y el tráfico de todos los días para llegar. La voz de tu abuelo en tu cabeza: «El trabajo dignifica».

Pasas la mañana entre recados de una oficina a otra y horas frente al ordenador.

14 pm.

Hora de comer. Vuelves a mirar el móvil. Te asalta un mensaje emergente. Recordatorio del cumple de Rocío, una llamada de tu madre y las 20 actualizaciones pendientes.

Comes en la cafetería del trabajo mientras charlas con tus compañeros de las vacaciones pasadas. Aprovechando que el móvil es un álbum portátil, les muestras tus fotos de aquel verano.

mujer saltando arena playa

La playa y el mar. Felicidad absoluta (Esta imagen tampoco es mía)

Por aquel entonces ibas al gimnasio varias veces por semana. Ahora das gracias por salir a correr los domingos. Soñabas con salir por fin del nido, cambiar tu ciudad de siempre por una inconstante. Ese viaje en mochila por Latinoamérica, recorrer Europa en coche, el voluntariado en África.

Lo que no esperabas era convertirte en lo último deseable. Una hormiguita con casco y botas, siempre lista para la faena. (La revolución industrial de las hormigas).

Un autómata que vive arrancando hojas al calendario, deseando que llegue el finde. El próximo puente. El verano.

Y así se suceden los años, unos tras otros…

Y así la vida, con tus mil actualizaciones pendientes.

Y tú trabaja.

Por un futuro digno.

Por tener más oportunidades que las que tuvieron tus padres.

Por comprarte la casa.

Por llegar a ser alguien.

Por ofrecerle algo a tus hijos.

Suma y sigue… Tú trabaja. No pares. No pienses. Tú solo trabaja.


Aquí les dejo un cuento breve, como síntesis de la idea. 😉

El cuento del pescador y el empresario

cuento pescador empresario

Un pescador cualquiera del mundo. Imagen de pixabay (of course)

“Un empresario rico iba paseando por el puerto, cuando se encuentra con un modesto pescador. El pescador trabajaba en sus redes y en su pequeña barca, y tenía un cubo lleno de un montón de peces recién pescados. El empresario le preguntó:

– Oiga ¡Parece un pescador muy bueno! Usted sólo y con esta pequeña barca ha pescado muchos peces. ¿Cuánto tiempo dedica a la pesca?

El pescador respondió:

– Pues yo la verdad es que nunca me levanto antes de las 8:30. Desayuno con mis hijos y mi mujer, acompaño a mi familia al cole y al trabajo, luego voy tranquilamente leyendo el periódico hasta el puerto, donde cojo mi barca para ir a pescar. Estoy una hora u hora y media, como mucho, y vuelvo con los peces que necesito, ni más ni menos. Luego, voy a preparar la comida a casa, y paso la tarde tranquilo, hasta que vienen mis hijos y mi mujer y disfrutamos haciendo juntos los deberes, paseando, jugando. Algunas tardes las paso con mis amigos tocando la guitarra.

– ¿Entonces en sólo una hora ha pescado todos estos peces? ¡Es usted un pescador extraordinario! ¿Ha pensado en dedicar más horas al día a la pesca?

– ¿Para qué?

– Pues porque si invierte más tiempo en pescar, 8 horas, por ejemplo, usted tendría 8 veces más capturas, y ¡así más dinero!

– ¿Para qué?

– Pues con más dinero usted podría reinvertir en una barca más grande, o incluso contratar a pescadores para que salgan a faenar con usted, y así tener más capturas.

– ¿Para qué?

– Pues con este incremento de facturación, ¡su beneficio neto sería seguro envidiable! Podria incluso tener una pequeña flota de barcos, y así, hacer crecer una empresa de pesqueros que le harían a usted muy muy rico.

– ¿Para qué?

– ¿Pero no lo entiende? Con este pequeño imperio de pesca, usted sólo se tendría que preocupar de gestionarlo todo. Usted tendría todo el tiempo del mundo, para hacer lo que le venga en gana. No tendría que madrugar nunca más, podría desayunar cada día con su familia, podría acompañar a los niños al cole, jugar con ellos por la tarde, tocar la guitarra con sus amigos…”


… Combate este sistema que te envenena,
Te embauca y te condena a que ames tus cadenas.
Que hace que repudies ser de clase obrera,
Odiar al barrendero, admirar a Amancio Ortega,
Creerte clase media y eso no existe…


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_Llaysha_

29 comentarios en “La hormiga pensante (1)

    • Muchas gracias! Precisamente esto iba a colación de una entrada tuya (A veces me siento mal), por aquello de querer llegar a todo y vernos atropellados y asfixiados por el trabajo y los quehaceres de la rutina. Es todo un gusto que te hayas pasado por aquí a leerme.
      Y eso es cierto, llega un momento en el que hay que plantarse y reflexionar uno mismo si esto es lo que realmente quieres o lo que te han impuesto a lo largo de tu vida.

      Un abrazo, y gracias a ti por tu presencia. ☺️☘️

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  1. El trabajo dignifica… yo agregaría, el trabajo honra, porque se siente cuando se trabaja, honra a a la vida y a los que la comparten contigo . Magnifica reflexión Yai! Perfecta para antes de dormir y mañana comenzar el día realmente motivados. Pasa por mi espacio cuando quieras! Creo que concordamos en lo sagrado que es vivir. Ojalá disfrutes de mis reflexiones (aunque no tan elevadas como las tuyas) cómo yo disfruté de la tuya. Gracias por compartir! Te mando un abrazo grande!

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    • Hola de nuevo Sergio (ya vengo de vuelta de pasarme por tu blog). Es todo un gusto ver que te resulte motivador, aunque sobretodo quería dar algo sobre lo que pensar. No dudo de la importancia del trabajo para la realización personal y comunitaria, social, como te comentaba en tu entrada, pero no hay que perder de vista el enfoque. Que el trabajo no lo sea todo. Y sé que mi crítica puede ser un poco incendiaria a veces (espera a ver la siguiente entrada jajaja).

      Por cierto, he leído tus entradas y veo que compartimos inquietudes, eso siempre es punto de unión, y de reencuentro, así que te seguiré leyendo 😉.

      Un abrazo y gracias por pasarte y dejarme tu impresión. ☘️😊

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      • Yai estoy completamente de acuerdo contigo, todo empieza desde dentro y con frecuencia nos olvidamos de eso. Pienso que también me he olvidado yo de eso irónicamente jajajaja. Muchas gracias por tus comentarios! Me llenan de reflexión y eso siempre es bueno para alguien como yo. Qué increíble lo que me comentas sobre la referencia a Jim Carrey, supongo que nuestro punto de encuentro va más allá de las ideas, lo cual me genera mucha alegría ya que tu blog me ha encantado. De igual forma te quiero decir que te continuaré leyendo con mucho placer. Saludos!

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    • Holaa holaaa, no te preocupes, no importa si más tarde o más temprano, lo bonito es que siempre haya punto de encuentro, de un blog a otro :). Además, ya sé que tienes motivos para estar liado 😉

      «Una entrada muy Yai» me mató, jajaja, al final uno tiene ya un poco su estilo y su temática, parece. Espero no aburrir jeje 😜.

      Gracias por leer, siempre 😁. Un abrazo. ☘️

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  2. Estupendo post. Una pena no poder revertir esto aquí y ahora, yo me he convertido en un autómata total de la vida. De hecho, hay una película llamada «Autómata» que me extrañó mucho cuando la vi que no estaba protagonizada por mí sino por Antonio Banderas… Me ha gustado mucho el cuento ilustrativo, también.

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    • Hey Juan, qué pasa! Pues sí, welcome to the club! Se está extendiendo la «automatía» como la peste. Y quería hacer un parón y reflexivo en común. Gracias por pasarte y me alegra que te gustara.

      PD. La peli… Si no hubieras nombrado a Banderas, igual hasta la hubiera visto jejeje.

      PD2. El cuento un tesoro rescatado de los confines del «internéh» 😜☘.

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  3. Muy bueno 👏👏👏 La historia, la moraleja y la canción. Creo que lo del «trabajo dignifica» se lo inventó una multinacional xp. Lo que dignifica es hacer lo que te llena el espíritu. Lo que te apasiona.
    Me voy a leer la segunda parte 😉 Abrazo

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    • Gracias Rebe! El trabajar beneficia a la salud mental, creo yo, para mantenerte activo, el socializar con otras personas, pero lo de entregar tiempo únicamente con la idea de conseguir dinero no compensa, así lo veo yo, al menos.

      Jejeje gracias por el interés. Te leo en la segunda parte 😉 Abrazo grande 😊☘️

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  4. La cosa es que el pescador de la historia parece ser que es el único que no se va a dejar aconsejar por el empresario. Al 95% (quizás me quede corto) se nos harían los ojos chiribitas y ya nos veríamos con la flota. Es triste, pero desde mi punto de vista, tenemos lo que nos merecemos, al menos en parte. Unos/as más otros/as menos.
    ¡Gracias por tu reflexión!

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    • Gracias a ti, por pasarte a conversar ☺️.

      La cuestión de este cuento es que solemos estar obcecados con un objetivo, que suele implicar más dinero y posesiones, y que esto se traduzca en tiempo de ocio y calidad, de lo cual ya podemos disfrutar, en general, con una vida menos ambiciosa, desde ese punto de vista materialista, y más tranquila.

      Gracias por tu comentario, y tu reflexión, «cajadesordenada». 🍀

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