Andando como Sócrates

Yo, como Sócrates, solo sé que no sé nada.

Pero, entre medias, en el camino voy aprendiendo.

Que soy capaz de tomar el rumbo que quiera. Y hay tantas posibilidades como ramas en un árbol.

Que no hay necesidad de patear las piedras con las que tropiezo. Que si las bordeo, ellas se colocan en su sitio.

Que, a mi edad, sigo conociéndome.
Y que, para avanzar, el pasado hay que digerirlo.

Que las personas a las que quiero pueden ser felices sin mi presencia constante. Y eso sienta muy bien.

Que mi pequeño compañero peludo se ha adaptado a dormir sin mí. Y eso está bien también.

Que mi coche sucio, por mucho que se cubra de nieve, no va a quedar limpio cuando esta se derrita. (Cada invierno igual).

Que quilombo y komonos me vienen a ser casi lo mismo.

Que, como siga ignorando la importancia de la constancia, en mi lecho de muerte seguiré afirmando que yo quiero aprender francés. (Claro que sí, guapi).

Que soy yo quien me pongo (y me quito) los límites. Yo solita.

Que puedo equivocarme y seguir.

Que me queda mucho por andar.

Y que, a veces, hasta salgo aceptable en las fotos.

Lo que viene (llámalo 2019), promete… :)⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀⠀

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_Llaysha_