Qué echaría de menos si volviera a España

Cuaderno de bitácora 3

paisaje naturaleza amanecer

Estoy en racha fotografera

Escribo esta entrada muy de rebote. La encontré en el blog de Burdon, Perdido en el Norte, que a su vez escribió por una propuesta inicial desde La libreta roja, y aunque ya había leído el tag hace unos meses, es ahora cuando siento que realmente puedo contestar a la pregunta.

A día de hoy, llevando ya casi un añito y medio viviendo en Inglaterra, les digo, que si ahora volviera a mi país, el de las eñes y el sol, echaría de menos:

1. Las estaciones. Verlas venir y vivirlas. Es algo que me ha llamado mucho la atención, porque viniendo de las islas, donde por regla general hace un tiempo bueno constante, es algo muy notorio. Ver cómo cambia el paisaje, casi de un día para otro. Verlo todo florecido y verde, la llegada del otoño de color ocre, con la caída de las hojas, para luego pasar al blanco, como las postales navideñas típicas, muy lejos de mi imagen de navidades a 20ºC (o más, según las zonas). Además, está el aliciente de posible suspensión de toda actividad. En mi vida me habían suspendido las clases/ el trabajo por un temporal de nieve, y oye, tiene su punto quedarse en casa con un tecito caliente…

2. Las carreteras secundarias. Las hay estrechas a más no poder, sitiadas por matorrales, por las que cabe como mucho una bici gordota, esas no, esa las deshecho (qué locura, se permite ir a 60 millas por hora, y lo mejor, son de doble sentido). Digo las secundarias, que son la mayoría sin contar las autopistas. Están, en general, poco transitadas. Y te permite admirar el paisaje, olvidarte del tráfico, de las prisas y conducir atravesando praderas larguísimas, con posibilidad de encontrarte zorros, faisanes, conejos y ciervos. Eso sí que da gusto. Siempre que no los atropelles, claro. ¡¡Cuidado!!

3. Viajar. Las posibilidades estando en el Reino Unido de viajar se multiplican, sobretodo en cuestión de vuelos, pero también en guagua o tren. Y por supuesto, estando en una isla grande, los viajes de carretera no faltan. Así, a base de millas y millas en coche, he podido recorrer muchos lugares de la geografía anglosajona. ¡Y los que me faltan!

4. El sentimiento de comunidad. Nunca he sido (ni lo soy ahora) una persona digamos activa en su vecindario. Jamás participé en las carrozas de la romería de mi barrio, ni en las «escala en hifi» (pronunciadas por cualquier canario «escalanife»… ¡madre mía, estoy escribiendo esto y qué lejano me suena!). Pero aquí hay algo muy bueno que tienen bien inculcado. El sentimiento de ayudar al que lo necesite. Muchas tiendas de caridad, de segunda mano, para donar cualquier cosa por una buena causa. Y no es hipocresía. Veo con frecuencia cómo los vecinos no solo echan unas moneditas para la persona sin casa que pide en la calle, sino que se paran, charlan, le ofrecen algo de comer, tabaco, … Yo eso no lo había visto hasta ahora, y es un gesto bonito y contagioso. Ya he comprado ropa de segunda mano y he donado aparatos electrónicos que no usaba y creo que nunca he salido más feliz de una tienda. Bueno, sí, de Lush, porque comprar jabones me hace infinitamente feliz (¡¡¡Viva la vida sin plásticos!!!).

5. Independencia y aprendizaje. Reconocerte comprando muebles y utensilios de cocina, como hicieron mis padres unos años más jóvenes de lo que yo soy ahora. Estableciendo mi propia hoja de ruta. Cuestionando. Calderitos sí. Tele no. Sofá sí. Lámparas no. El placer de tener tu espacio en el mundo, coqueto, decorado a tu gusto, con proyectos Do It Yourself (DIY) o Hazlo tú mismo. Siendo lo que unos llamarán cutre y yo llamo CREATIVA. Porque soy capaz de poner la foto más bonita sostenida por dos cartones si esos cachos de papel gordo están pintados con mucho cariño. Y del joyero mejor ni les hablo… jejeje. Todo unido al aprendizaje que trae consigo vivir en otro país, conocerte en situaciones de cansancio, de saturación por las circunstancias. Salir fuera implica andar mucho para encontrar tu hogar aunque estés a kilómetros de tu ciudad natal. Merece la pena crear tu rinconcito, estés donde estés. 🙂

atardecer paisaje naturaleza

Fotos del cielo, de mis favoritas

PD. Abro y cierro con unas fotos de hoy, tomadas al amanecer y al atardecer, en un lugar perdido de Cotswolds.


¿Y ustedes? No solo los españoles que viven en el extranjero, sino todo aquel que ha emigrado, ¿qué echarías de menos del lugar que te acogió si volvieras a tu país?


_Llaysha_

19 comentarios en “Qué echaría de menos si volviera a España

  1. Adaptarse a donde se está es la forma de encontrar, como tu lo has hecho, las cosas buenas de cada sitio. Ciertamente el punto 4 me sorprende y me alegro por ello, los de London por otros comentarios y conversaciones, tienen fama de todo lo contrario.
    Saludos

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    • Eso creo, con más o menos aventura hay que valorar lo bueno de cada circunstancia. Imagino que en Londres tendrán la misma enfermedad que en cualquier gran ciudad, la indiferencia, pero yo tengo la suerte de vivir en un pueblito, y ya te digo, muy gratificante ver estas cosas. Un saludito JM y gracias, como siempre.☘️

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  2. Yo viví en Chile un tiempo y luego volví a España, así que ya he pasado por esa experiencia de echar de menos algunas cosas del país que me acogió. Por ejemplo, ver la cordillera de Los Andes, gigantesca, desde cualquier punto de la enorme ciudad de Santiago. No importaba lo grandes que fueran los edificios, allí estaba esa enorme montaña, siempre presente. También echo de menos el carácter cariñoso de los chilenos, y algunas palabras muy entrañables que utilizaban al hablar. Un abrazo y ánimo con tu vida en Reino Unido.

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